Joaquín Díaz Atienza, LT
La Conferencia Episcopal Española acaba de publicar el documento “Declaración ante la crisis moral y económica”. Documento que no ha tenido la difusión mediática que sus declaraciones contra el aborto y que, sin embargo, manifiesta claramente su postura de compromiso evangélico respecto a los que sufren de cerca las consecuencias lacerantes e inhumanas de la crisis económica.
Analiza las causas y víctimas de la crisis desde la perspectiva de la moral social de la Iglesia y fundamentándose en el aforismo cierto de que sin Dios no hay verdadero desarrollo. Nuestra creencia en Dios nos compromete a tomar decisiones caritativas, basadas en el amor al prójimo y en valores transcendentes que contribuyan a aliviar las necesidades inmanentes de las víctimas. Es, en definitiva, el compromiso permanente como Iglesia.
El documento sitúa las causas en la pérdida de valores morales, la falta de honradez, la codicia y la falta de control sobre las estructuras financieras. Realiza un diagnóstico muy apropiado de cuales son las víctimas de esta situación de crisis. A saber, las familias, especialmente las numerosas, los jóvenes, los pequeños y medianos empresarios, los agricultores y la población inmigrante. Hacia esta última se muestra especialmente sensible y pide que no los abandonemos a su suerte y tengamos en cuenta que han contribuido de forma importante a nuestro desarrollo en los momentos de prosperidad. Hace una crítica a la nueva Ley de Extranjería por lo que supone de atentado a derechos humanos básicos.
A pesar de que aclara que la Iglesia no puede proponer soluciones técnicas, sí nos invita a otras que como creyentes estamos obligados a realizar:
- Desde nuestra posición de creyentes poner en práctica un profundo sentimiento de solidaridad.
- Tengamos presente que el paro y la pobreza subsiguiente degradan la dignidad del ser humano.
- Mantengamos un trato humano con los inmigrantes.
- Es necesario un discernimiento sobre como se gestiona el gasto público, de las familias y de uno mismo.
- Debemos ser responsables hacia el bien común y hacia las víctimas.
- Es necesario, ahora más que nunca, la promoción de actitudes cristianas fundamento de la justicia y “caritas” social.
A mi juicio se trata de un magnífico documento que todos los creyentes deberíamos leer y poner en práctica. LO PODÉIS CONSEGUIR AQUÍ.
Un ¡bravo! por la Conferencia Episcopal.
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