Santiago Agrelo, arzobispo católico de Tánger (Marruecos) ha mostrado su malestar ante las expulsiones de cristianos. El 7 de marzo un joven egipcio, perteneciente a la diócesis de Tánger, fue sometido a un interrogatorio y luego expulsado de forma inmediata a El Cairo. Una situación que «nunca se había producido», según Agrelo, que no ha recibido respuestas del gobierno ante esta situación.
Aunque el Ministerio de Interior de Marruecos sólo ha admitido 16 expulsiones, las cifras reales ascienden a unas 70 personas, la mayoría cristianos evangélicos. «Me cuesta trabajo creer que detrás de todas estas expulsiones esté el proselitismo», afirma monseñor Agrelo. «No comprendo que se pueda tener miedo de las palabras y no de la vida de los cristianos», prosigue. «Yo no he venido aquí para explicar el misterio de
«Nuestra responsabilidad es ayudar a nuestros hermanos cristianos a encontrarse con sus hermanos musulmanes (…) sin ningún deseo de proselitismo», afirman en un comunicado conjunto el arzobispo católico de Rabat, Vincent Landel, y el representante de las iglesias protestantes en Marruecos, el pastor Jean-Luc Blanc.
Pero este deseo se ha visto truncado por el gobierno marroquí. Una actuación que ha tenido repercusión internacional. Tanto los Estados Unidos como los Países Bajos se han manifestado mostrando su descontento ante las expulsiones. Sin embargo, ni
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