Al comenzar se agolpan a mi mente y a mi corazón muchas ideas que quiero compartir con vosotros. Este es un mes rico en vivencias y evocador de compromisos, que como miembros de la Familia Trinitaria nos pueden hacer reflexionar.
Como ya sabéis todos, por las muchas noticias que han circulado, el P. Primitivo el día 14 de Noviembre a las 11,35 horas, marchaba a la Casa del Padre, esa casa que él, que poseía el don de la Esperanza, esperaba ocupar, pues, decía, “también para este viejo habrá algún sitio”. Aunque se ha escrito mucho de él y era muy conocido yo aportaré mi granito de arena el mes de enero.
Cuando os llegue estas letras, ya estaremos celebrando el Triduo o quizás la fiesta de N.P. S. Juan de Mata el día 17.Y esto es motivo de gran gozo y al mismo tiempo puede interrogarnos, porque sigue siendo urgente dar ¡Gloria a la Trinidad y al Cautivo, libertad! Yo sé que la Familia trinitaria está haciendo mucho en ambos campos, pero ¿podemos estar contentos? Cada uno de nosotros debemos responder en lo más íntimo de nuestro corazón. Mi impresión es que nos falta mucho, que seguimos disgregados, que no nos identificamos con unos objetivos valientes de liberación y que seguimos un poco remolones.
Por eso en la fiesta de S. Juan de Mata, el día 17, es un buen momento para pararnos y reflexionar. A la luz de este Soñador y andariego empedernido ¿puedo seguir instalado en mi comodidad?
“Alegraos en el Señor, de nuevo os digo alegraos, porque el Señor está cerca”. Estamos viviendo el tiempo litúrgico de Adviento, tiempo de alegre Esperanza, porque “el Señor viene y nos salvará”. Bueno, nos salvará si nos dejamos salvar, porque a veces le cerramos las puertas y lo triste es, que nos parece lo más natural cerrarle las puertas. Decía S. Agustín: “Dios que te ha creado sin ti, no te salvará sin ti”. Pero el Señor llega, heraldo de paz, de luz, de amor y de verdad y nos invita a acercarnos a Él.
Es mi deseo ardiente felicitar a todas las Fraternidades y a todos y a cada uno de los hermanos que las componen. La Navidad es Jesús y Jesús es don del Padre con la fuerza del Espíritu Santo para nuestra salvación. ¿Cabe mayor alegría? No. Pues difundamos todo lo que podamos la alegre noticia de la Venida del Señor. ¡Ven, Señor Jesús!
Y nada más por hoy. Os deseo de corazón Feliz y Santa Navidad 2.010 y un gozoso Año de Gracia 2.011.
José A. Ramírez
Presidente del Laicado Trinitario España-Sur
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