Es por y para la misión en donde todos nos podemos encontrar y unirnos sin distinción. Los “últimos” de la sociedad ocupan un lugar “privilegiado” en nuestro estilo de vida cristiano. Para nosotros son los primeros y les dedicamos gran parte de nuestro tiempo y esfuerzos. La lucha contra la marginación, la pobreza y las injusticias, que privan de libertad y dignidad a las personas, se convierten en motores que nos movilizan en un mundo guiado por la ceguera y la ambición económica. Sin embargo, sabemos que todo planteamiento y proyecto comienza con dar la mano al hermano más cercano y necesitado.
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