La India es un país de múltiples contrastes, tanto en su geografía como entre los diferentes pueblos que la conforman. El estado central de Madhya Pradesh es de una belleza inmensa poblada por más de 46 tribus que suelen construir sus viviendas primitivas en las laderas de las montañas y cerca de los rios. Su economía es muy rudimentaria por lo que su pobreza les impide acceder incluso a los servicios más primarios. Es aquí en donde la Iglesia Católica les presta una gran ayuda. Algunos miembros de las tribus que atienden los cristianos se han convertido al catolicismo despertando el odio de los radicales hindúes.
El Partido Vishwa Hindu Parishad (VHP) y su líder Azad Prem Sing
Azad presentó un memorando a las autoridades de Jhabua en donde falsamente culpaba a los misioneros católicos de convertir a los indígenas al cristianismo, algo que según la promulgación el 9 de enero de 2021 de una ley anti-conversión por parte del estado de Madhya Pradesh, en sustitución de una anterior y mucho más represiva, absolutamente prohibido. La actual ley prevé 10 años de cárcel “por convertir a personas a través de la seducción, la fuerza o medios fraudulentos”.
Sin embargo, esta misma ley, como suele ser habitual en territorios de persecución de los cristianos, la conversión al hinduismo si está permitida.
Se les acusa de construir iglesias en los poblados indígenas, aspecto que niega el P. Rockey Shah, encargado de relaciones públicas de la Diócesis católica de Jhabua. Según el Padre Shah son los cristianos “las víctimas de la persecución por ayudar a las tribus pobres”.
Azad amenaza con la violencia hacia los cristianos
La tensión crece por momentos, ya que las verdaderas pretensiones de los radicales es la expulsión de los cristianos de la zona por considerar que “contaminan” la pureza de las costumbres y tradiciones tribales, algo que está prohibido en la Constitución india, según el radical Azad.
La Iglesia local se defiende. Niega cualquier conversión forzada y que todas construcciones realizadas hasta el momento son absolutamente legales.
Los radicales consideran que las ayudas que presta la Iglesia a los tribales se realizan como cebo para su posterior conversión. Según dicen, aprovechan las debilidades de lo tribales para seducirlos.
“No nos asusta la amenaza. Como somos ciudadanos respetuosos de la ley, seguiremos la ley y continuaremos con nuestro trabajo por los pobres y necesitados”, dijo el sacerdote.
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