El proceso diocesano no solo incluye a cristianos, sino también a hindúes y musulmanes que murieron por defenderlos
El día 25 de agosto de 2008, Bhubaneswar, la capital del Estado Federal de Orissa, se convirtió en un campo de exterminio para los cristianos y todos aquellos que intentaron defenderlos. En total fueron brutalmente asesinadas 105 personas. No solo asesinaron a 90 cristianos, sino también a musulmanes, hindúes y de otras confesiones que intentaron ayudarles. Se destruyeron más de 350 iglesias y otros lugares de culto, más de 6.500 hogares, más de 40 mujeres fueron violadas, y más de 56.000 cristianos fueron expulsados de sus aldeas. No hay dudas de que Odissa representa el lugar en el que se ha producido la mayor agresión a los cristianos de la historia.
Se decidió por unanimidad establecer una “Jornada de los Mártires” que sirviera como recuerdo de unos hechos tan execrables y de prevención para que matanzas tan horribles no volvieran a repetirse.
12 años después, comienza un proceso diocesano de reconocimiento
Durante este proceso se están recopilando testimonios con la finalidad de enviarlos al Vaticano para el reconocimiento martirial y su posterior beatificación y canonización. En la encuesta participan el padre Purushottam Nayak y el padre Nayak, párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad en Raikia (Kandhamal).
La lista recoge a 105 mártires, de los que siete son católicos. Se han incluido a otros cristianos, hindúes y musulmanes que sufrieron el martirio por querer defenderles. En definitiva, lo que se pretende es un reconocimiento del acto de amor hacia el prójimo que demostraron todas las víctimas.
La recogida de información sigue el protocolo estándar
Debido al miedo que presentan los testimonios sobrevivientes y que muchos de los que huyeron no han podido volver, la recogida de información sobre lo sucedido está presentando dificultades en su implementación. La información, según el padre Nayak, consiste en la recopilación de datos biográficos de cada mártir, tanto sobre sus virtudes, su santidad y, posteriormente, las virtudes, favores y/o milagros adjudicados, así como una lista de los obstáculos para el proceso de beatificación. Aspecto, que sin entender de derecho Canónico, no llego a comprender.
Se han recogido una gran cantidad de testimonios en donde se describen las atrocidades cometidas aquel fatídico día 28 de agosto, cuyas consecuencias aún se mantiene hoy día: viudas que no reciben las ayudas prometidas, miedo endémico que los mantienen vigiles, aunque su fe se ha manifestado inquebrantable, modelo para los que vivimos en un occidente cada vez más deshumanizado y descristianizado.
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